Creo que compré esa tela gris de lunares para un encargo de una muñeca y desde entonces le he dado bastante uso, tanto que hace unos días me di cuenta de que solo quedaba un pequeño retal. Y cuando lo encontré, supe que quería usarlo para hacer un conejito. Dos, de hecho. Mamá Conejo y Bebé Conejo.
Mamá Conejo enseña a Bebé Conejo las cosas realmente importantes de la vida: cuándo hay que recolectar las zanahorias, qué hierbas le ayudarán a mantener sus pequeños dientecitos limpios y frescos, cómo predecir el tiempo mirando al cielo y saber si es el momento de mantenerse calentito en su madriguera.
Mamá Conejo lleva una cinta de terciopelo con una hojita, y ambos tienen rabitos de fieltro bordados
Me hizo gracia que Bebé Conejo quedara tan chico y tan gordo, así que estoy aprovechando lo poquito que queda de esa tela para hacer gatitos y conejos regordetes que se convertirán en adornos de Navidad
Pero no son estos los únicos conejitos que se han paseado por aquí últimamente. Estos otros vienen en forma de miniamigos con zanahorias bordadas.
Les acompañan sus amigas las jirafas, porque como todo el mundo sabe las jirafas y los conejos se llevan genial y les encanta salir juntos por ahí a tomarse unas hierbas.
Puedes encontrarlos a casi todos (un conejito y una jirafa ya vuelan camino de una casa preciosa en Canadá) aquí.
¡Buenas noches y que tengáis un gran jueves!